Flexibilidad, balance con la vida familiar, búsquedas internas y compromiso, algunas acciones por implementar. / Por Andrea Ávila, CEO de Randstad
Tenemos la preocupación, el interés, queremos hacer algo para que en nuestra empresa haya una mayor equidad de género, pero no sabemos qué.
Aquí, algunas cosas que se pueden empezar a hacer, que no requieren grandes cambios en los procesos de la empresa, pero que serán de gran impacto.
La equidad comienza en el momento del reclutamiento, cuando se está definiendo el perfil del puesto y redactando el aviso de búsqueda.
No se debe asociar un perfil con un género porque no existe el trabajo que, por definición, lo hace mejor una mujer o un hombre.
Se debe eliminar el lenguaje sexista de los avisos publicitarios de búsquedas laborales, pues así la empresa genera una imagen de diversidad y difunde este compromiso entre sus clientes y proveedores.
En cuanto a las políticas de recursos humanos y sistema de ascenso y formación, se deben priorizar las búsquedas internas, a todo nivel, para cubrir vacantes y colaborar con la generación de igualdad de oportunidades.
Desarrollo profesional
En la capacitación, además de reforzarla, es clave implementar los programas dentro del horario de trabajo para que no interfieran con las actividades y responsabilidades de la vida privada.
De este modo, no obligan a los empleados a elegir entre una u otra cosa, porque corremos el riesgo de que las mujeres releguen su capacitación laboral en pos de sus responsabilidades en la familia. En esta línea, un cambio dirigido a lograr la conciliación de la vida familiar y laboral es establecer como criterio no hacer reuniones de trabajo cerca del horario de salida, para evitar que las usuales prolongaciones afecten la actividad personal.
En nuestra empresa, cuando comenzamos el proceso de la certificación en Mega, el espacio de diálogo y discusión que se generó, dejó al descubierto cuestiones de género mucho más atadas a lo cultural y a las tradiciones.
Por ejemplo, no todo el personal tenía en cuenta que la empresa concedía ciertos beneficios especiales, tradicionalmente brindados sólo a las mujeres, y viceversa. Allí surgieron iniciativas igualitarias, como las licencias extendidas para los padres y también impulsamos la presencia de los padres en actos escolares y días festivos, o su acceso a guarderías.
Es necesario comunicar que el respeto de la conciliación no se limita a las mujeres, sino a todos los integrantes de la empresa, sin importar su género, edad y situación civil. Y fomentar que los hombres, que suelen ser los más reticentes a los beneficios del work & life balance , se apropien de ellos y los aprovechen sin temor a sentir que están “en falta” con sus responsabilidades laborales.
El gran desafío de la equidad requiere que los varones tomen verdadera conciencia de la importancia que tiene para las compañías la diversidad y la igualdad, para romper la barrera que hace que en los temas de género participen casi exclusivamente mujeres.
Columna de opinión publicada en la edición impresa del diario La Voz del Interior, Suplemento Negocios del día domingo 28 de agosto de 2016.(esta linea va con link a http://www.lavoz.com.ar/negocios/camino-la-equidad-de-genero-en-el-trabajo )