En la charla brindada por Sebastián Campanario en el marco de la entrega de los Randstad Award 2015, el economista especializado en economía no convencional puso de manifiesto la capacidad de adaptación y superación de los cambios disruptivos que día a día hacen de nuestro mundo un lugar en constante y veloz evolución.
¿Cómo se mueve el mundo rápidamente hacia adelante? Campanario brindó algunas pautas esenciales sobre los cambios que atravesamos. La Universidad de Oxford ha publicado una investigación acerca de los trabajos más susceptibles de ser reemplazados por la tecnología. Sí, eventualmente las máquinas cumplirán las predicciones de la ciencia ficción, y la cantidad de empleos para los seres humanos se reducirá cada vez más.
Por otra parte, de una encuesta realizada exclusivamente a jóvenes de la generación Y sobre si se consideraban “empleados”, “emprendedores”, u “otros”, la categoría más votada fue la de “otros”. Eso refleja que los cambios repentinos están repercutiendo en la visión que los recientes trabajadores tienen de sí mismos: se considera algo indefinido o, mejor dicho, algo que todavía no ha sido definido. Mientras dure la espera de esa definición, las áreas de RR.HH y employer branding deben adaptarse a este escenario, y saber cómo interpelar, en esa categoría, a los candidatos del futuro.
Campanario relató una historia verídica para ejemplificar la estrategia que sugiera hay que adoptar frente a estos cambios disruptivos que ya son presente. En 1958, en la bahía de Lituya, Alaska, un glaciar se derrumbó, provocando la ola más grande de la historia, con más de 500 metros de altura y desplazándose a una velocidad de 200 kilómetros por hora. Solo seis personas estuvieron en el lugar de los hechos. De ellas, dos fallecen en el acto al ser aplastados por la enorme columna de agua. Otros dos se deslizan con su embarcación, hasta que finalmente son derribados. Luego del naufragio, otra embarcación los rescata con vida. Campanario hace una pausa, y cuenta la historia de los últimos dos, verdaderos protagonistas de la historia. Howard Ulhrich y su hijo de siete años logran esquivar la muerte conduciendo su barca hacia la ola. No escaparon de la tragedia, ni se paralizaron por el terror, sino que decidieron atacar allí donde la ola todavía no había crecido a sus máximas proporciones.
La innovación y los cambios disruptivos poseen la fuerza de esa enorme ola que se desplaza a toda velocidad y que no se detiene ante nada. Las personas, las empresas, los empleados, los jóvenes, deben elegir: la parálisis nos hundirá, escapar nos permitirá sobrevivir a duras penas pero atacar la fuerza disruptiva con anticipación, valentía y creatividad nos permitirá continuar sanos y salvos hacia el futuro.