Cada candidato es distinto y cada proceso de búsqueda también. Todos tienen experiencias, intereses y expectativas diferentes. Sin embargo, hay ciertos factores que son comunes a la gran mayoría de los candidatos y de las búsquedas.
Desarrollamos aquí una guía de pasos básicos que te pueden ayudar a conseguir tu próximo trabajo, independientemente de tu perfil y tipo búsqueda, para que no se te pasen por alto en la fiebre de postulaciones, entrevistas y networking:
1- Ir más allá del CV. Sea cual fuere la estrategia que estés siguiendo, tenés que ser proactivo e ir más allá del CV para presentarte. Muchas de las posiciones son cubiertas por candidatos que llegan al reclutador por referencias. Por eso, una vez que aplicamos a una búsqueda abierta, no hay que quedarse quietos. Un buen trabajo de networking nos puede permitir obtener información sobre la posición y la empresa, y quizás encontrar algún conocido que pueda recomendarnos o referirnos para lograr la tan ansiada entrevista. Una vez que el trabajo del CV ya está hecho, podemos olvidarnos del Word. Lo que se necesita en esta instancia es una buena red de contactos, LinkedIn, Facebook y cualquier otra plataforma capaz de ponernos en línea con quien pueda ser nuestro aliado en la búsqueda.
2- El reclutador todavía no sabe que sos perfecto para el puesto. La búsqueda de un nuevo trabajo es la oportunidad ideal para preguntarnos qué queremos realmente para nuestra carrera profesional y orientar con precisión el proceso. Cumplir con esa instancia de retrospectiva y planificación nos dará los argumentos y la seguridad necesaria para convencer al reclutador cuando encontremos ese trabajo que tanto buscábamos. La carta de presentación es una herramienta que tenemos que usar con astucia e inteligencia para convencer a quien tiene la responsabilidad de elegir, que vos, y no otro de los cientos de candidatos, sos la persona perfecta para ese trabajo. Usala para presentarte con tus propias palabras y explicar con claridad las razones por las cuales te tienen que elegir y lo que tenés para aportar a la compañía.
3- ¿Qué email mandar? “¡Estoy buscando trabajo! Avisame si sabés de algo”, es la clásica fórmula que se repite en chats, mensajes, emails y otros canales. Sin embargo, es conveniente ir un poco más allá y ser más específico. Es importante enumerar, de mínima, qué tipo de posición buscamos, en que área y en qué tipo de empresa, así como cuestiones básicas como nuestra ciudad de residencia. Y si a eso le sumamos un link a nuestro perfil actualizado en Linkedin, mucho mejor! De esta forma lograremos por un lado que nuestros contactos conozcan más específicamente qué es lo que buscamos y por otro no tendremos que perder el tiempo con oportunidades que no se adecúan a nuestro perfil.
4- No desanimarse. Es habitual que con el pasar de las semanas sin resultados, el ánimo y la motivación decaigan y con ellos nuestra autoconfianza. Más allá de nuestras necesidades, deseos y expectativas, el contexto de mercado, la suerte y otros muchos factores externos inciden en el tiempo que nos llevará lograr el objetivo. La frustración de no encontrar lo que buscamos rápidamente puede hacernos desviarnos de nuestros objetivos. En la medida en que la situación económica lo permita, lo ideal es reflexionar y no aceptar cualquier cosa que aparezca. Hacer las cosas bien lleva tiempo, esfuerzo y requiere, sobre todo, paciencia. Aunque no estemos completamente seguros de nuestro trabajo ideal, debemos tener un foco para guiar el proceso de búsqueda.
“Buscar trabajo es un trabajo” reza el viejo dicho popular. Tener un rumbo claro, ser pacientes y mantener la confianza es clave para conseguir el trabajo que nos permita desarrollar nuestro potencial y crecer.