La rapidez con la cual las redes sociales están cambiando el modo en que nos relacionamos y compartimos información con el mundo también impacta a la hora de buscar empleo y en la primera instancia de este proceso: el armado del currículum vitae, esa hoja en la que el candidato tiene el desafío de mostrar su experiencia, su capacidad y su formación a los potenciales empleadores. Hay algo que tienen en común el tradicional CV con la característica fundamental de las redes actuales: tanto Facebook como Twitter giran alrededor del individuo que las utiliza para organizar sus actividades, sus amigos, sus opiniones, sus fotos, sus intereses. Siguiendo este razonamiento, el CV se ha reformulado en el perfil en LinkedIn, una cadena de interrelaciones personales centrada en la vida laboral y profesional.
El 72% de las 9.800 personas que fueron entrevistadas en Argentina para el Randstad Award 2015 indicó que utiliza redes sociales para buscar empleo. Facebook es la más utilizada, seguida por Google+ y LinkedIn, mientras que Instagram ya asoma como una tendencia que crecerá a futuro. En este contexto de herramientas de utilización abierta y una marcada facilidad para manejar sus características, la innovación llega al CV bajo la forma de capacidad creativa.
Los candidatos jóvenes buscan nuevos métodos para diferenciarse del “rebaño” y encuentran en estos formatos los medios perfectos para realzar esa capacidad distinta y así destacarse del resto. A modo de tendencia, impulsada por perfiles ligados al mundo del diseño, asoma Instagram Vitae como una de las formas a través de las cuales los candidatos buscan innovar generando presentaciones personales diferentes, que pueden tener desde un diseño simple a uno increíblemente elaborado en términos visuales.
Al Instagram Vitae se le suma otra propuesta, esta vez a través de Twitter: el Twesume que consiste en la capacidad del candidato para resumir su CV en 140 caracteres, capacidad que demostrará su economía de recursos y su creatividad a la hora de definirse a sí mismo. Al fin y al cabo, lo que estas alternativas requieren de los candidatos es que encuentren las palabras clave y las imágenes que los definen con mayor claridad.
Sin dudas, la idea de innovar en una instancia tan rígida como el CV suena atractiva. Pero, ¿hasta dónde podemos innovar sin perder las funciones básicas y, sobre todo, la efectividad de un currículum vitae? Sí, el CV tradicional tiende a hacer invisible lo “particular” y lo distintivo de la personalidad del candidato como su cualidad creativa, algo que se presenta cada vez más como un atributo de alto valor. Sin embargo, los reclutadores necesitan la información que un buen currículum vitae de la vieja escuela visibiliza conscientemente. Aun a pesar de las nuevas tendencias, el CV es necesario en la medida en que se presentan allí los requisitos básicos y bajo el formato que los selectores los buscan para poder evaluar correctamente si el candidato posee lo que están buscando.
Una presentación completa tendría su base en un currículum vitae sólido, sencillo, con la utilización de palabras clave que definan al candidato y que incluya enlaces a LinkedIn. Luego, sí, esas palabras clave pueden replicarse y desarrollarse tan creativamente como sea posible a través de un Instagram Vitae, videos de YouTube o Twesumes. Todas estas herramientas son increíblemente útiles para demostrar la creatividad del candidato, para distinguirse, finalmente, con la fuerza de las ideas, pero su convivencia con el CV tradicional es una necesidad más que una elección personal.