Es bien sabido que Steve Jobs, el innovador fundador de Apple, se dedicó desde los 19 años a la práctica del budismo. Hoy en día ya son comunes los contactos fluidos y profundos entre algunos de los principios y ritos de la filosofía oriental y el mundo occidental.
La técnica de mindfullness es hoy una de las tendencias más populares de este fenómeno. Según su origen en idioma sati, “mindfullness”, o “consciencia plena”, se basa en la capacidad de estar en el momento presente. Muchos se preguntarán: ¿acaso no lo estamos? Es verdad: vivimos en el presente, pero a veces no estamos realmente ahí. La técnica de mindfullness insiste en que volvamos a vivir, a estar, a sentir en el presente. Se trata de rehusarse a la automatización con la que caminamos, hacemos trámites o trabajamos, e intentar mantener el control consciente de lo que hacemos, en el momento en que lo hacemos. Es mantener la atención plena en el instante que estamos viviendo.
El mindfullnes consta de tres pilares fundamentales: respiración, y un estado de alerta físico y mental. A través de una serie de pasos, el individuo va tomando consciencia de su respiración y de su estado mental, hasta llegar a una consciencia total del momento. Antes, incluso, puede darse una suerte de divagación en la consciencia, tras la cual el individuo retorna al presente luego de tomar consciencia de él.
Los síntomas de que estamos viviendo por fuera del presente a veces suelen ser evidentes. Si no recordamos conversaciones enteras, no percibimos cómo es el viaje al trabajo o no podemos recordar qué gusto tuvo la comida en el almuerzo, entonces es probable que fallemos en ser conscientes de las cosas que nos suceden en el presente.
Tras su aplicación a la vida occidental, los resultados del mindfullness han sido notorios. Una práctica diaria de mindfullness puede ayudar a las personas a comunicarse mejor, a gestionar conflictos, a empatizar, incrementar su inteligencia emocional y reducir estrés. Simplemente, es una herramienta espiritual para desnaturalizar las realidades que día a día nos chocan y ser capaces de tomar las riendas del momento. Su práctica ayuda a la reflexión y a la capacidad de respuesta.
El mundo laboral, el mindfullness crece en popularidad como herramienta predilecta para fomentar el bienestar espiritual entre líderes y trabajadores de todo el mundo. Empresas innovadoras como Google poseen talleres, seminarios y fomentan la utilización de esta técnica entre sus empleados. Además, en caso de precisarlo, existen aplicaciones que proporcionan meditaciones guiadas y entrenamiento para mindfulness.
La gran popularidad alcanzada por el mindfulness nos deja preguntas un tanto incómodas sobre el presente: ¿por qué necesitamos de una técnica de meditación para poder lidiar con nuestras vidas actuales? ¿Tan difíciles se han vuelto nuestras costumbres entre celulares, computadoras, apps y redes sociales? ¿No convendría llevar la atención sobre aquellas cosas que nos hacen necesitar de la meditación?
La técnica de mindfullness hoy en día se utiliza en todo el mundo, entre individuos y grupos, y en instituciones públicas y privadas. Sus resultados la muestran como una herramienta simple y accesible para ponerle pausa a nuestra automatización de todos los días para experimentar con intensidad el presente. Su éxito indica que quizás pronto se vuelva un recurso ineludible para las organizaciones y las personas.