Negarse a una promoción no afecta la carrera si se esgrimen buenas razones

Gustavo Pina - PARA LA NACION 



En la vida laboral puede darse que surja la posibilidad de ascender y que el empleado no pueda aceptar esa oportunidad. Esta situación produce cierta tirantez e incomodidad tanto para quien ofrece la promoción, como para quien la recibe. De todos modos, siempre que exista una razón, será posible negarse y lograr que el clima laboral se mantenga sin alteraciones.



El impacto que puede traer un no en una carrera puede variar en función de la empresa, los directivos e incluso los argumentos por los cuales no se acepta la oferta. Si cuando se dice que no hay motivos firmes, como que el nuevo puesto requiera cambiar de residencia o viajes y por la situación de la persona no pueda afrontarlo o sepa que no va a poder tener un buen desempeño, es hasta incluso mejor negarse. Las empresas valoran más el no honesto y confiarán en la persona para otros puestos, sabiendo que cuando diga que sí, será para que se brinde al 100% en su nuevo rol.



Lo más importante es comunicar los motivos que llevan a decir no de una manera clara, amena y objetiva, intentando que el jefe comprenda el detrás de escena. Sin duda, si se dice que no a un ascenso es que hay un porqué y es necesario defenderlo. Si un directivo recibe un no, necesitará saber qué ha pasado.



Siempre se aconseja que los motivos sean imparciales, que no estén asociados a cuestiones personales o sean producto de viejos rencores por cuestiones que sucedieron con anterioridad.



A veces sucede que hay pérdida de confianza de parte de los superiores, ya que si la empresa está seleccionando en un colaborador y éste no acepta es que no están en un mismo nivel de confianza. Lo más crítico podría ser respecto al jefe directo ya que es quien, antes de proponer el ascenso, vendió la candidatura a los directivos de la compañía y quedó expuesto. Éste será un riesgo ya que constituirá una alarma de por qué no se ha aceptado y despertará dudas respecto al compromiso con la empresa.



Es posible que la negativa afecte a la hora de ser considerado para nuevas propuestas. Todo depende de que esas propuestas no sean similares a las que se dijo que no y también de cómo se ha comunicado y cuál ha sido la performance desde entonces. Cuando una compañía apuesta por un empleado para proponerle un ascenso es porque confía en él, en sus capacidades y en lo que puede aportar. Eso no debería cambiar si el empleado sigue igual de comprometido y con la buena performance que viene manteniendo. Si ha dicho que no a un ascenso con motivos concretos, eso no debería afectar la confianza ni el valor que aporta a la empresa.



El autor es director de Randstad Professionals 

Columna de Opinión publicada en la edición impresa del diario La Nación, Suplemento Economía & Negocios, Sección Empleos –Pag. 11- del Domingo |3 de diciembre de 2015 (con link a http://www.lanacion.com.ar/1853614-me-quisieron-ascender-dije-que-no)