La fundación Dr. Manuel Sadosky, institución público-privada cuyo objetivo es favorecer la articulación entre el sistema científico-tecnológico y la estructura productiva en lo que se refiere a Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, condujo en el año 2013 un estudio destinado a obtener conclusiones sobre la relación entre las mujeres y las tecnologías de la información, la informática y los sistemas computarizados.
El problema que impulsó el estudio es claro. De entre los 3.500/4.000 graduados de carreras de informática actuales, apenas en 18% son mujeres, mientras que la demanda de los sectores productivos duplica la oferta total de especialistas en el área. De allí se puede concluir que el informe no solo se dirige a analizar las causas de los bajos índices de presencia femenina entre los graduados de carreras ligadas a la tecnología, sino a evaluar y revertir un déficit general en relación a la demanda del sector.
El estudio, que se realizó entre 627 adolescentes del conurbano bonaerense con una representatividad promedio equivalente entre varones y mujeres, se propuso definir, a través de una serie de preguntas y focus groups, qué representaciones tiene la juventud sobre la informática. Volcamos aquí cinco puntos clave del informe:
- Una tendencia que no siempre fue así: Llama la atención que las representaciones que tanto hombres como mujeres tienen acerca de la relación entre el género femenino y la informática no siempre fue así. En el año 1962, un informe de la Universidad de Buenos Aires arrojaba información muy distinta: las mujeres eran mayoría en esa orientación universitaria, alcanzando hasta un 75% de presencia en la década del 70.
- Desarrollo de skills: Uno de los resultados que arroja el estudio nos muestra qué relación tienen las skills tempranas relativas a la informática y su presencia comparativa en mujeres y varones. Al consultar a los participantes si les gustaban un cierto tipo de actividades, los investigadores pudieron observar que aquellas actividades asociadas con los procesos productivos de software tienden a presentarse con más frecuencia entre los varones que entre las mujeres. Actividades como armar y desarmar objetos, aprender de forma autónoma o incluso sentarse frente a una computadora por un largo tiempo son más disfrutadas por los varones.
- Representaciones sobre el riesgo: Según el informe, las mujeres se arriesgan menos en el uso de la computadora que los varones. Esto significa que los varones, a causa de esa mayor amplitud de búsquedas y usos, se aventuran más a la hora de utilizar computadoras y explorar sus límites. Y también tiene relación con representaciones que exceden al ámbito de la informática, que presentan a los varones como más idóneos para la exploración, la aventura y el experimento.
- Salario: Un 34% de los jóvenes encuestados entiende que los salarios de la actividad son altos. No obstante, el salario como elemento para elegir la carrera o una actividad laboral es mucho más importante para los varones que para las mujeres.
- Mayoría indiscutible: Mientras que un 22% de los encuestados mostraba potencial para desarrollarse en informática, dentro de ese porcentaje los varones triplican a las mujeres. Entre las mujeres, solo un 2,3% elige la carrera informática: es la anteúltima de la lista. Si bien para los varones es una de las carreras con mayor preferencia, solo alcanza un 19,4% de las elecciones masculinas.
La conclusión general a la que arriba el estudio establece que las representaciones sobre la relación entre las mujeres y la informática ya se estabilizan en la adolescencia. A partir de estas conclusiones se puede pensar en programas o políticas educativas tendientes a potenciar la diversidad desde edades tempranas, intentando revertir la tendencia que representa a la informática y la computación en general como incompatibles con las mujeres.
Trabajar para anular estas representaciones y prejuicios no solo se dirige a empoderar la presencia femenina en el área, sino también a aumentar la oferta de especialistas para satisfacer una demanda de profesionales calificados que no para de crecer.