Blogs, páginas de Internet y diarios online son las lecturas más habituales de las personas. En casa o en la oficina, las lecturas rápidas parecen haberse vuelto definitivas en la vida cotidiana. Mensajes de WhatsApp, tweets, actualizaciones y noticias vía Facebook son, muchas veces, todo lo que leemos.
En tiempos de redes sociales, las lecturas de largo aliento parecen haber quedado en un segundo plano y con ellas sus múltiples beneficios. Se ha comprobado que hoy en día nuestra capacidad de atención se ha reducido enormemente, en parte gracias a la información compacta y los mensajes visuales, multiplicados por las interminables redes, plataformas y canales de comunicación. ¿Cuál es el beneficio de leer un buen libro, un artículo de fondo o una revista especializada? Acá van algunos de ellos:
Reducción de estrés: Los artículos cortos y las redes sociales no te van a ayudar a relajarte. Lejos de ello, el formato condensado y la necesidad de hacer clic constantemente te moldea para quedarte mirando la pantalla, interactuando todo el tiempo. Un buen libro solo requiere una cosa: leer. En silencio y en soledad, la lectura atenta te permite olvidarte de todo. Sumergirte en las guerras napoleónicas, en la Buenos Aires de los años 20 o en la Inglaterra victoriana puede ayudarte a dejar pasar la tensión que trajiste de la oficina con historias lejanas, romance, aventuras o historias policiales. Un plan mucho mejor para reducir el estrés que mirar las redes sociales o las noticias.
Mejorar la memoria y la concentración: La era de Internet ha alterado radicalmente la forma de concebir el conocimiento. Antes, las bibliotecas eran marca de erudición, mientras que la memoria era la herramienta por excelencia para demostrar intelecto o cultura. Google y Wikipedia han barrido con la necesidad de recordarlo todo. Sin embargo, es imposible leer sin practicar un ejercicio de memoria consciente y activo. Recordar personajes, versos, frases o el argumento de un libro permite ejercitar la memoria, un tanto adormecida por las nuevas tecnologías. Lo mismo sucede con tu capacidad de concentración. Los memes o los artículos breves requieren apenas entre 3 y 30 segundos de tu concentración, lo necesario para leer las gráficas o los títulos. ¿Probaste últimamente concentrarte durante más de diez minutos en una página o leer un texto de corrido? La lectura potencia la capacidad de observación, de atención y de concentración. Además, desarrolla la capacidad de juicio, de análisis y de espíritu crítico.
Ganar conocimiento y vocabulario: El hábito de la lectura enriquece el vocabulario, los conocimientos generales y la capacidad de expresión verbal. Dicho de otro modo, la lectura mejora sensiblemente la capacidad de las personas para comunicarse. En el ámbito laboral o profesional, los beneficios son múltiples. Desde una mayor facilidad de palabra y seguridad para hablar en público, hasta la posibilidad de escribir con mayor fluidez y profundidad. Ya sea que se trate de una reunión de ventas en la que debemos poner en juego nuestra capacidad de oratoria, la presentación de un nuevo proyecto en el que debemos cautivar a nuestra audiencia, o la preparación de un informe que requiere claridad y buena redacción, la lectura será nuestra mejor aliada para ampliar nuestro horizontes.
Con paciencia y perseverancia, leer es una actividad enormemente fructífera que ha sido una gran fuente de conocimientos, ideas e inspiración. Y vos, ¿qué estás esperando para empezar tu próximo libro?